Me
dispuse, después de un tiempo de larga meditación al respecto, de escribir nuevamente
“algo”, algunas palabras, apenas balbuceantes, de la Diosa Cerridwen, pero como
orgulloso hijo nacido de su caldero, siento a veces que las palabras no
alcanzan a expresar su poder. Los bardos en la tradición galesa son los encargados
de expresar en la poesía y la canción popular, los matices de esta poderosa
entidad.
No soy bardo. Aunque comparto muchas prácticas y esquemas espirituales con ellos. Soy un brujo, como lo fue ella; Cerridwen.
Lamentablemente,
por motivos lingüísticos y aspectos geográficos, en español no precisamos de
ningún material académico serio respecto a la Mitología Galesa, ni menos de las
Diosas que emergen de la misteriosa colección literaria, El Mabinogi, solo suposiciones
copiadas hasta mas no poder de blog en blog, de página en página, e incluso, de
autor en autor. A diferencia de la tradición irlandesa, donde sus Dioses y su colección
mitologíca Thuana De Daná gozan del interés principal de los académicos celtólogos,
la hermosa mitología galesa, parece haber quedado en el olvido, escondida en
antiguos monasterios, entre libros polvorientos que cantan la canción de los
bardos de antaño, especie de chamanes y poetas, que eran capaces de cantar en los
castillos, frente a reyes y reinas, con la misma gracia a como lo hacían frente
a las personas de los poblados y los fugitivos perdidos entre los húmedos bosques.
El último gran bardo según la tradición galesa, fue Taliesin hijo de Cerridwen,
personaje aparentemente histórico quién influenciaría enormemente en el Ciclo Artúrico.
Cerridwen
era una bruja, conocedora de los misterios de la Naturaleza. De acuerdo a los
poemas medievales, su conocimiento había sido otorgado por el libro de los
Pheryllts, quienes -según el folclor y la tradición popular- fueron seres que se
remontan al inicio de los tiempos. Es una entidad de gran poder, logrando a
través de su magia, alterar los ciclos de la naturaleza, cambiar de forma,
desplazarse entre los distintos elementos y planos, realizar poderosos brebajes
y formulas alquímicas, otorgar poder a sus iniciados, ejercer control sobre los
animales y plantas, moverse entre la oscuridad del inframundo y los poderosos
rayos de luz de la vida material.
En
el Poema “La Silla de Cerridwen” ella deja bien en claro que “en la corte de
Dôn (la Diosa Madre Galesa) es la más admirable” y a través de su voz habla de
la naturaleza de Arianrhod y Gwydion. Por lo que su conexión con la familia que
posee la magia y la hechicería en la cosmovisión galesa, es directa y estrecha.
También nos cuenta que “en la muerte de la noche y en las plegarias matutinas,
su radiación brilla luminosamente” pues ella es la guardiana del Awen, del
caldero de la Inspiración, que es el motor transformativo de sus iniciados.
“Awen” en la lengua galesa quiere decir “musa”: sigue siendo utilizada en la actualidad, incluso de una manera muy cotidiana, pero el origen de esta palabra se encuentra en los antiguos textos bárdicos. Awen es la inspiración misma, de donde emerge la vida, es la capacidad creativa, y es emanado a través del potencial espiritual del ser humano.
Por
las características arquetípicas y el proceso de apoteosis, a Cerridwen se le
asoció a la Diosa Oscura, limitando su campo de acción a las fuerzas telúricas,
pues su irradiación proviene de su caldero, elemento simbólico
asociado al útero materno, a la Madre Tierra, al inframundo, esto la ha posicionado erróneamente –a mi parecer-
como entidad oscura y de la noche. Pero el útero materno puede ser asociado
también al universo, al gran vientre de vida y al cosmos mismo –entendiendo a la vida como un proceso cíclico de muerte y renacimiento-. Al representar elementos
vinculados a lo oscuro, sombrío, oculto, devorador y destructor, se entiende que el Paganismo Moderno la haya mimetizado en los reinos de las Diosas Oscuras, pero ella no representa la oscuridad en el sentido como lo hace Perséfone
o Innana, Cerridwen es la guardiana, la hacedora, la transformadora de las
fuerzas naturales, siendo la representación del poder de la magia; ella es la
gran barda. La que inicia al adepto. Como en el mito; es aquella potencia que destruye todo lo que te impide brillar.
Cerridwen es un arquetipo muy potente, una madre fiera dispuesta a todo por sus hijos, con la suficiente astucia y sabiduría para desafiar a las fuerzas que mantienen el equilibrio en la Naturaleza y con la capacidad de otorgar una nueva vida a quienes se atreven a acercarse a su caldero. Como un caldero hirviendo, las fuerzas se trituran, los ingredientes se mezclan, las potencias interactúan; uno siempre nace renovado, con una ligereza en el andar, con un respiro tibio cada mañana. Pero existe una gran responsabilidad de lo que podemos aprender de ella y lo que obtendremos al momento de sentir su presencia: pues ella es tanto destructora como creadora, y el poder del Awen puede ser una fuerza de gran inspiración: sin embargo, no olvidemos que en el mito, Gwion Bach, al momento de beber accidentalmente del brebaje, el caldero explota, envenenando el río, provocando un daño ecológico y ambiental que destruyó todo a su paso.
El Caldero y la explosiónEn
resumen, Cerridwen, que influye sobre las oscuridad y la
luz, sobre la naturaleza misma, sobre la capacidad creativa del ser humano, es
una entidad de gran poder, y aunque podemos otorgarles muchos atributos: la
musa, la iniciadora, la bruja, la Mam yr Awen (Madre del Awen), la Diosa, no
podemos ignorar que ella representa un poder ancestral que sigue más presente
que nunca.
“Cerridwen te invita a no atenuar
tu luz, a que mantengas tu frente luminosa”
Libros
Recomendados:
“From
the Cauldron Born; exploring the magic of Welsh Legend and Lore” de Kristoffer
Hughes. “Cerridwen; Celtic Goddes of Inspiration” de Kristoffer Hughes. “Taliesin:
The last Celtic shaman” de John Matthews. “The Mabinogion” manuscritos medievales
galeses escritos en prosa. “La Diosa Blanca” de Robert Graves.